HIPERTENSION ARTERIAL
La presión arterial es la fuerza que la sangre impulsada por el corazón ejerce sobre las paredes de los vasos sanguíneos.
Se clasifica en 2 tipos:
-Presión sistólica (o alta): es la presión máxima que se produce justo en el momento en que el corazón se contrae para expulsar la sangre(sístole).
-Presión diastólica (o baja): es la presión mínima medida en el momento en que el corazón está relajado(diástole).
En la práctica se considera que una persona tiene la tensión alta cuando los valores son iguales o mayores a 140/90 mmHg (milímetros de mercurio), y hablamos de hipertensión arterial cuando estos valores se mantienen en el tiempo. Esta presión arterial alta puede lesionar las paredes de los vasos sanguíneos, lo cual implica un mayor riesgo cardiovascular que a largo plazo puede derivar en problemas cardíacos, renales y cerebrales.
La hipertensión arterial es la enfermedad cardiovascular más frecuente en nuestro país, 3 de cada 10 españoles la padecen, y aunque es una enfermedad que puede afectar a todo tipo de personas, se da con más frecuencia en varones mayores de 55 años y en mujeres mayores de 65, lo que indica que es una enfermedad relacionada con la edad.
La mayoría de veces la hipertensión no presenta síntomas, y cuando aparecen, el daño ya está hecho, por eso es conveniente realizar controles periódicos a cualquier edad, pero sobre todo en personas mayores de 40 años, con antecedentes familiares de hipertensión, con presencia previa de enfermedades cardiovasculares y en tratamientos con ciertos medicamentos, como por ejemplo antiinflamatorios, anticonceptivos…
No se han encontrado causas específicas de esta dolencia, pero sí factores de riesgo cardiovascular que predisponen a ella. El principal lo constituyen los antecedentes familiares y genéticos, y enfermedades como la diabetes, pero también influyen cuestiones relacionadas con los hábitos de vida poco saludables: el tabaco, el colesterol, la obesidad, la falta de ejercicio físico regular y el estrés.
Controlar la tensión y llevar a cabo una serie de rutinas pueden ayudarte a evitar padecer hipertensión. Se recomienda seguir una serie de consejos para garantizar un estilo de vida más saludable:
-Controlar el peso: en algunos casos, una reducción de peso controlada es beneficiosa para equilibrar los niveles de tensión.
-Evitar el sedentarismo: hay que realizar ejercicio físico moderado de manera regular.
-Cuidado con el estrés: el aumento de la ansiedad y la tensión emocional resultan peligrosos para el corazón, ya que incrementa los niveles de tensión.
-No fumes y modera el consumo de alcohol y café: evita fumar, así como ser fumador pasivo. Así mismo, más de dos o tres tazas de café diarias o más de dos vasos de vino al día no son recomendables.
-Reduce la sal en las comidas: la sal incrementa la tensión, por lo que no hay que abusar de ella. No se recomienda sobrepasar los 5 gramos al día.
-Cocinar más sano: es preferible cocinar los alimentos al vapor, al horno o a la plancha, y evitar las frituras y las salsas. Usar aceite de oliva.
-Seguir una dieta cardiosaludable: aumenta la ingesta de frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos y pescado azul.
-Evitar las grasas saturadas de carnes y bollería.
-Vigile los niveles de tensión y siga las recomendaciones médicas.